El toro de Monteviejo se dejó ver por las calles
Durante el encierro se descolgaba de los mansos distrayéndose con los corredores y llegando el último a la plaza
La madrugada del lunes se desarrolló sin incidentes que lamentar y con un toro llamado Muñolero de la ganadería de Victorino Martín que se dejaba ver pos las calles. Durante el encierro, y como está siendo habitual, se descolgaba de los mansos abriéndose por la derecha y quedándose atrás, llegando así el último a la plaza. Su entrada en los toriles fue sencilla gracias a la actuación de los mansos.
El comentario generalizado de los espectadores era sobre lo «bonito e imponente» que era el astado, con una buena presencia en la plaza y en general.
En la plaza no tuvo gran movilidad excepto en ocasiones contadas ya que los corredores tampoco arriesgaban para hacerlo. Sin embargo, cuando encontraba un objetivo se lanzaba sin pensarlo, con unos reflejos y una velocidad que impresionaban al tendido.
Una vez abiertas las puertas a las calles parecía que Muñolero no se movería, pero en una carrera salía en dirección a la Plaza de San Pedro. En líneas generales recorrió bastantes calles del Casco Histórico, debatiéndose durante gran parte de la lidia entre la Plaza de la Catedral y la Plaza de la Cava. Finalmente fue en esta última donde se le sacrificó.
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