Un toro de ensueño en la tarde de San Juan
El toro Escribano del Partido de Resina fue todo un recital en presencia, potencia y en recorrer las calles del recinto amurallado
Había gran expectación por ver el toro que había elegido Ballestero para el día grande de las Fiestas y la verdad que el toro no defraudó en absoluto convirtiéndose en un astado que pasará a engrosar la historia de los grandes toros de las Fiestas de San Juan. Si ya en el encierro del mediodía fue admirado por todos por su presencia, por la tarde en la lidia de la plaza fue saludado con 'olés' por los aficionados con esa bella estampa que presentaba con esas astifinas astas afiladas que parecían navajas y que imponían respeto a los corredores.
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Un toro cárdeno claro, engetao, careto, astifino y veleto. Un toro cilíndrico acorde con la prestigiosa ganadería del Partido de Resina, toro guapo y cortesano, toro para las grandes ocasiones y que por su completa lidia tanto en la plaza como en el recorrido por las calles del recinto amurallado, dio todo un recital entusiasmando a los aficionados que vieron en él al toro ideal de las Fiestas de San Juan. El toro por las calles por antonomasia de esta ciudad que le tiene como el rey de sus fiestas, que deleitó a todos por sus espectaculares carreras por todas las calles del recinto amurallado. Un toro que en palabras del ganadero moralejano Román, «contaba con una morfología rayando a la perfección, muy bien presentado y lo que quieren en Coria: un toro que dé mucho juego y que corra por las calles».
La salida a la plaza fue espectacular y con la cabeza alta aplaudiendo los espectadores su presencia con esa bella estampa que presentaba el astado.
En la plaza se entregó a fondo el animal, realizando vertiginosas carreras en persecución de los mozos y rematando con reaños en los barrotes. Recibió recortes de mucho mérito, destacando la limpieza con que fue saltado por un mozo que puso en vilo a toda la plaza. Sólo faltó que alguien lo hubiera tanteado con el capote o la muleta para ver la nobleza del animal.
A la tercera campanada salió como una centella por la puerta de Santiago y todo el recorrido por las calles fue como una carrera atlética del animal. Un toro incansable que se le veía por todas partes y que aparecía de incógnito cuando menos te lo esperabas. No había tregua, pues el toro había venido a Coria 'a dar el do de pecho' ¡y vamos si lo dio! El Abanderado debe estar orgulloso de haber acertado con este gran toro, que hace que Coria y sus Fiestas de San Juan labren con letras de oro la grandeza de sus fiestas.
Y como no hay noviazgo que cien años dure, al toro Escribano le llegó su hora y alrededor de las 10 de la noche y en la plaza de la Cava, Unai de certero disparo acabó con su vida. Un toro del que sin duda se hablará durante mucho tiempo y que ha dejado muy alto el pabellón de las Fiestas de San Juan 2019.
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