

La tradicional festividad taurina de San Juan en Coria continúa deleitando a los aficionados, y la Peña Junta de Defensa presentó la segunda lidia del día con gran éxito a las 20:00 horas. En esta ocasión, el protagonista fue el toro «Segurón», de la reconocida ganadería José Escolar, identificado con el número 26 y el guarismo G-0.
Desde su salida a la plaza, «Segurón» mostró una actitud formidable, capturando la atención de los presentes con arremetidas vigorosas que pusieron a prueba a los recortadores y entusiastas que se resguardaban tras los barrotes. La expectación y el entusiasmo eran palpables, ya que el toro ofreció un espectáculo dinámico y lleno de adrenalina, cumpliendo con creces las expectativas de quienes aguardaban este momento con ansias.
Los recortadores, siempre en busca del lucimiento personal y la conexión con el toro, encontraron en «Segurón» un digno adversario. Las fintas y recortes realizados por estos valientes jóvenes añadieron un toque de arte y destreza a la lidia, mientras que el público aplaudía con fervor cada movimiento audaz.
Con el paso del tiempo, la vitalidad de «Segurón» comenzó a mermar, un fenómeno natural en este tipo de festejos donde la energía inicial del animal se va agotando. A pesar de ello, el toro mantuvo su presencia y continuó ofreciendo momentos de tensión y emoción hasta que finalmente salió a la lidia en la calle, donde los espectadores pudieron seguir disfrutando del noble animal en un entorno más cercano y tradicional.
Sin embargo, la lidia en la calle no estuvo exenta de peligros. «Segurón» recorrió las calles del casco antiguo, generando momentos de tensión y poniendo en riesgo a los presentes. La situación se tornó crítica en la Puerta de Santiago, donde un hombre de unos 49 años, al intentar ponerse a salvo, resbaló y cayó al suelo. El toro, ignorando los esfuerzos de los auxiliares para distraerlo, arremetió contra el hombre, causándole heridas graves.
Tras este incidente, la lidia continuó con alta tensión y precaución. Finalmente, «Segurón» fue conducido al mirador de la Catedral, donde se le dio muerte, poniendo fin a una jornada que, aunque llena de emoción y tradición, dejó una marca de preocupación y reflexión sobre la seguridad en estos festejos.
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