Botito, un gran toro del Partido de Resina dio todo un espectáculo en la plaza y en las calles
Eladio Paniagua
Martes, 26 de junio 2018, 12:42
En la tarde del día 25 tuvo lugar la lidia del segundo toro de la Junta de Defensa, cuyo abanderado en esta edición ha sido Javier Ollero, que había puesto todas estas ilusiones en este magnífico ejemplar del que se hablará por mucho tiempo por el gran espectáculo que dio durante toda la lidia, tanto en la plaza como en su deambular por las calles del casco histórico. Un gran toro del Partido de Resina (antes Pablo Romero) cuyos ejemplares pastan en el término municipal hispalense de Aznalcázar. Fue un toro voluminoso que desde que salió a la plaza llamó la atención a los aficionados por la bella estampa que presentaba. Toro cárdeno, señalado con el número 27 y guarismo 4, por nombre Botito.
Fue una tarde donde los aficionados se dividieron con la Selección Española de Fútbol y la lidia de este gran toro de la Junta de Defensa. Un toro que salió a la plaza con mucho poder realizando aladas carreras y poniendo en aprieto a los corredores, que le realizaron un buen número de quiebros muy ajustados y donde en uno de ellos estuvo a punto de propinarle un serio disgusto a un recortador al que le rompió el pantalón, sin más, y donde los aficionados le aplaudieron a rabiar por esta habilidad en el arte de recortar al toro, teniendo que saludar desde los medios de la plaza. El toro tuvo una gran brega en la plaza y supo tomarse un pequeño respiro, reponiendo fuerzas, para volver a la carga y dar espectáculo. Un maletilla se dio cuenta de la nobleza del animal y con la muleta le sacó unos pases de mucho mérito. No faltó en la lidia un quiebro al alimón de dos mozos y otro buen número de quiebros y carreras que dieron emoción a la lidia, no faltando la intervención de Pascual con su muleta que fue agradecido por el respetable.
A la tercera campanada salió a su último tramo de la lidia, por las calles de la ciudad antigua, por la puerta de la Cárcel Real, bajando por la calle de las Monjas hasta la plaza de San Pedro. Fue todo un recital de este toro que se le veía por todos los lugares de la ciudad, aunque al final su gran trabajo se hizo notar y el toro finalizó exhausto de fuerzas y prácticamente al paso, después de haber realizado una gran labor con nota muy alta. Cerca de las 10 de la noche y en las inmediaciones de La Concordia, Chechu Barrios acabó con su vida de un certero disparo.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.