La Juventud obsequió a los aficionados con un gran toro de Victorino Martín
‘Playito’ dio una gran función tanto en la plaza como en el recorrido por las calles del recinto amurallado
Eladio Paniagua
Martes, 27 de junio 2017, 15:35
Que la ganadería de Victorino Martín es la mejor de todos los tiempos de la tauromaquia, está fuera de toda duda, pero lo más importante es que el ganadero de Galapagar eligió las tierras de Extremadura para que sus reses hicieran famosa a esta región en el mundo taurino por toda la geografía nacional y por muchos lugares del vecino país francés. Por este motivo estas Fiestas de San Juan de Coria a través de la Juventud Cauriense, ha contado en la tarde del día 26 de junio con un gran toro de esta famosa ganadería, la más laureada en su larga trayectoria, que cuenta en su historia con el toro Velador, único toro indultado en la Monumental de las Ventas madrileña. Y es que la marca Victorino Martín Andrés, al igual que un imán, atrae a los aficionados, siendo un plato muy apetecible y demandado por los amantes del mundo del toro, porque los toros de Victorino siempre son una incógnita donde se espera lo mejor y donde los aficionados disfrutan a lo largo de la lidia. Es por este motivo por lo que Raquel Yerpes, abanderada de la Juventud, puso todo su empeño y fe en esta ganadería y la verdad que acertó con el toro Playito que dio una gran función tanto en la plaza como en el recorrido por las calles del recinto amurallado.
La marca Victorino hizo que en Coria se concentrara una afluencia masiva de aficionados de todos los lugares de la geografía nacional, con un gran lleno, no sólo en la plaza sino en todos los puntos del recinto amurallado. En el balcón del antiguo consistorio, junto al alcalde García Ballestero, se encontraban el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y el ganadero Victorino Martín García (hijo).
La tarde se presentaba propicia para el espectáculo contribuyendo notablemente Playito que dio todo un recital tanto en la plaza como en el recorrido por las calles. Un toro cárdeno, bragado y meano con mucha fijeza y que realizó grandes carreras en la plaza. Pascual también quiso sumarse a la fiesta y percatándose de la nobleza del animal, muleta en mano, se lanzó a la arena instrumentándole pases de mucho mérito jaleados por los aficionados. Posteriormente lo puso en suerte Emilio Motoro para que un mozo lo saltara de forma inmaculada. Pero Josua quiso también intervenir en esta suerte y le realizó, tal vez, el salto más acrobático y espectacular de estas fiestas sanjuaneras.
A la tercera campanada salió como una flecha por la portona del Palacio Episcopal hacia la plaza de la Catedral, pasado posteriormente por las Cuatro Calles, subiendo por la calle Los Paños, volviendo a la plaza de los Toros y saliendo posteriormente por las Cuatro Calles, Alojería, Albaicín y plaza de la Catedral. Finalmente emprendió rumbo a la plaza de la Cava donde junto a la palmera y sobre las diez de la noche Unai acabó con él de un certero disparo.
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