
Eladio Paniagua
Sábado, 2 de julio 2016, 09:39
En la noche del pasado viernes y en el chiringuito San Juan de Coria, a orillas del río Alagón, tuvo lugar el fallo del jurado en su XXIX Edición del Trofeo Bobo de Coria que todos los años otorga el Círculo Taurino Cauriense al mejor toro de las fiestas, teniendo en cuenta el juego desarrollado tanto en la plaza como en el recorrido por las calles del recinto amurallado.
El acto contó con la presencia de los miembros del Círculo Taurino Cauriense, abanderados de las distintas peñas de San Juan y un gran número de aficionados.
El jurado estuvo formado por un total de 10 miembros que estamparon su voto en sobre cerrado, con una puntuación del 1 al 10.
En primer lugar se procedió a la entrega del trofeo Ricardo González, trofeo establecido para perpetuar la memoria del malogrado novillero Ricardo González, que hace unos años se otorgaba al ganador de la Oportunidad Taurina que tenía lugar al mediodía del 24 y que al desaparecer ésta, se sigue otorgando a alguna persona que se ha distinguido en alguna faceta en labores con la fiesta de San Juan. En esta ocasión el trofeo recayó en Felisa Díaz, persona que tuvo una estrecha relación taurina con Ricardo González y que fue la primera mujer presidenta del Círculo Taurino Cauriense.
Seguidamente los abanderados de las distintas peñas protagonizaron un ameno coloquio moderado por el presidente del Círculo Cauriense, donde cada abanderado y de forma pormenorizada describió el comportamiento de su toro durante la lidia y alguna actividad desarrollada durante las fiestas.
Finalmente el secretario del Círculo Taurino dio a conocer el veredicto del jurado, que dio como ganador al toro por nombre Cubano de la prestigiosa ganadería de Zalduendo y que se erigió como ganador de la XXIX Edición del Trofeo Bobo de Coria. Este toro perteneció al Abanderado de las Fiestas, José María Rivas García, quien recibió la estatuilla del Bobo de Coria de manos del presidente del Círculo Taurino, Juan Luis García Valiente.
El toro ganador presentaba una bella estampa, negro zahíno, bragao, meano y cornialto. Un toro que había de lidiarse en la madrugada del día 25 y que debido al percance sufrido por el toro Dorado al estrellarse contra una valla, hubo de adelantar su destino.
El toro Cubano se distinguió por su casta y nobleza en la muleta del maletilla, que le enjaretó pases de mucho mérito, jaleados por los espectadores, y que tenía un pitón derecho de ensueño.
Al finalizar el acto, el Abanderado de las Fiestas, José María Rivas García, pletórico de emoción, manifestó que este premio ha sido el colofón del trabajo que ha venido desarrollando durante muchos meses y al llegar a este punto, dijo, me he quedado sorprendido porque el toro de San Juan, como todos saben, no era éste, pues los dos anteriores hubo que sustituirles por sendos accidentes y este de Zalduendo habíamos puesto mucha ilusión en él porque era espléndido para una noche de San Juan. Así ha sido, el toro gustó a muchísima gente, empleándose en la plaza, con gran bravura, y después ha salido a las calles recorriéndolas con gran bravura y al final, este ha sido el premio del que me siento muy orgulloso.
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