El presidente de la cinco vocales lleva al CD Coria a lo más alto del fútbol extremeño

El sábado, día 5 de mayo, pasará a la historia de la ciudad de las Vegas del Alagón, porque el Coria por primera vez ascendió a la categoría de bronce del fútbol nacional, erigiéndose en uno de los gallitos de la Comunidad Autónoma de Extremadura. Y todo por obra y gracia de la ilusión y trabajo de un presidente que tuvo la fe suficiente para creer en el milagro, escorado por una Junta Directiva que trabajó a destajo para conseguir este galardón. Un presidente al que he querido denominar el de las cinco vocales, ya que el nombre de Aurelio está formado por las cinco vocales del abecedario español (a, u e, i, o). Un hombre, Leli, que creyó en sí mismo y que no escatimó esfuerzos hasta conseguir lo que él quería y la ciudad de Coria y sus aficionados deseaban. Atrás quedaron las finalísimas con el Getafe B, Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) y la pasada temporada frente al Cacereño. Pero faltaba que llegara lo mejor y 'como la fe mueve montañas', ese mejor llegó en la histórica tarde del sábado, 5 de junio, donde el Santuario de La Isla plagado de seguidores, enronqueciendo sus gargantas y portando y enarbolando al viento banderas, camisetas y bufandas con los colores celestes del Club de las Vegas del Alagón, llevaron en volandas a sus jugadores al triunfo final. A una de las ciudades más antiguas de España le faltaba un premio de este calibre y éste llegó en el momento en que el juez de la contienda, el emeritense Miranda Bolaños, silbato en mano, daba por finalizado el encuentro y los jugadores celestes hechos una piña se abrazaban en el centro del remoceado campo de La Isla, mientras los seguidores celestes en las gradas se fundían en un abrazo de felicidad. Y es que el sufrimiento también es importante cuando se ve compensado con la felicidad del éxito. Un sufrimiento que es como una almendra amarga que dejamos al lado del camino y pasado un tiempo se ha convertido en un árbol poblado de frutos. Esto es lo que ha sucedido con el CD Coria en las últimas temporadas, pero el premio y la felicidad han superado esa almendra amarga de las últimas temporadas y la Ciudad Episcopal festejó este acontecimiento por todo lo alto. Esta noticia que también tuvo un gran eco cuando el Coria se coronó como equipo de Tercera División en la localidad pacense de Guareña, teniendo otro presidente con las cinco vocales, como fue mi buen amigo y gran amante del C. Coria, Aurelio Gutiérrez Luengo, padre del actual presidente, persona generosa donde las haya y muy comprometida con el CD Coria, quien desde la grada del cielo seguro que lo habrá festejado por todo lo alto.

En fin, objetivo conseguido y enhorabuena al presidente, Junta Directiva, cuerpo técnico, plantilla de jugadores, socios del club, aficionados y a la ciudad de Coria, esperando que este triunfo deportivo sea el inicio de otros muchos.

En lo referente a lo que fue el partido en sí, decir que tuvo dos partes diametralmente opuestas. Una primera con un Diocesano muy luchador y con buen toque de balón que no vino a La Isla de convidado de piedra, sino que luchó hasta la extenuación vendiendo cara su derrota, ya que incluso con dos hombres menos resistió hasta llagar a la prórroga donde ya las fuerzas le fallaron

El Coria realizó una aceptable primera parte donde se adelantó en el marcador en el minuto 16 como consecuencia de un centro de Alejandro donde Pino de cabeza y como en él es habitual batió a Miguel ante el delirio de los aficionados. Pero en la segunda parte llegó el sufrimiento celeste que tuvo como preludio un disparo de Patxi que se encontró con el travesaño y un minuto después sería Luismi quien puso las tablas en el marcador de tiro ajustado al poste. Este gol llevó la inquietud a las gradas y el nerviosismo a los jugadores celestes que no lograban asentarse en su juego con pérdidas continuas de balón. La entrada de Antonio Iglesias en el Coria en el minuto 55 de juego fue providencial, cogiendo las riendas del encuentro, aunque se llegó a la prórroga y el partido tomó un giro radical cuando Antonio recibe un balón en banda derecha y 'yo me lo guiso y yo me lo como' se deshizo de sus defensores llegando a la frontal del área donde largó un zapatazo al que no pudo llegar Miguel. Misión cumplida, pues el Diocesano tenía que conseguir dos goles en el poco tiempo que quedaba pero la guinda la puso Giráldez con el 3 – 1 en el marcador consiguiendo un gran gol, donde ya no había tiempo para más y se hacía realidad el sueño celeste de ascender de categoría tras varias temporadas esperando este momento.

En resumen, objetivo cumplido y felicidades a toda la familia celeste que se fundieron en un abrazo y que han visto cómo con constancia e ilusión se pueden conseguir grandes metas.