Se apaga la vela del Coria

Hasta hace pocos días el Coria era como una luminaria que brillaba con luz propia en lo más alto de la tabla, pero que poco a poco esa vela se ha ido consumiendo de su cera hasta prácticamente perder todo aquel fulgor que a todos maravillaba. Y es que aquella fulgurante estrella, una de las más hermosas del universo futbolístico, ha ido extinguiendo su rutilante luz hasta quedar poco a poco anodina y apagada.

En el partido contra el Plasencia, el Coria siguió su Semana de Pasión, con un pésimo encuentro en la primera parte donde pudo encajar dos o tres goles más. Y es que el equipo es una caricatura de aquel equipo que maravillaba a propios y extraños, con una defensa, en este encuentro hecha una coladera donde únicamente Karim se bastaba para llevarlos por la calles de la amargura; una línea medular apática, sin juego y sin hacer presión en toda la tarde; y una delantera, que salvo un disparo de Teto en la segunda parte cuando se cumplía el minuto 80, fue todo el bagaje del equipo en todo el encuentro.

En los tres primeros minutos de la primera parte el Plasencia disfrutó de dos clarísimas ocasiones de gol donde el centro de Cifuentes, que lanzó varios saques de esquina con mucho peligro, lo falló Karim a puerta vacía cundo se cumplía un minuto de juego y en el minuto 3 un nuevo saque de esquina botado por Cifuentes, lo envió de cabeza al travesaño Durantez. De nuevo en el minuto 18 el cabezazo de Durantez lo detuvo con dificultad Miguel López. El gol se veía llegar y tuvo lugar en el minuto 24 como consecuencia de un córner botado por Cifuentes, rechace de la defensa y un oportuno Aarón introduce el balón en el fondo de la red.

La segunda parte apareció un poco más el Coria y disfrutó de su única ocasión en todo el encuentro en un pase en profundidad sobre Teto que se estrelló en el travesaño. Por parte del Plasencia cabe destacar un disparo de Gilarte que sacó Aparicio bajo los palos cuando el balón ya se colaba y de nuevo en el minuto 87 en que Karim completamente solo envió el balón alto.

En resumen, paso atrás del Coria, que se le pone el cuarto puesto muy oscuro habiendo perdido la suculenta renta que llevaba sobre sus perseguidores.