

Eladio Paniagua
Lunes, 18 de diciembre 2017, 13:53
Que el deporte es como una familia y que crea amigos por doquier, es palpable en todas las competiciones, aunque haya alguien que con sus malos modos y artimañas no se comporten como tales por esos campos de Dios y quieran desprestigiarlo.
Una muestra de la grandeza del deporte se vivió en el campo de La Isla el pasado sábado, día 16 de diciembre, en el partido del Grupo XIV de la Tercera División, que enfrentaban al Coria y al Trujillo.
Al margen del resultado y de todos los pormenores que se dieron en este encuentro, lo más llamativo y que impactó en los más de 600 espectadores que en tarde otoñal se dieron cita en el histórico campo de La Isla, fue la lección magistral y deportiva que nos dejó para la posteridad el moralejano Javito. Un gesto humanitario y deportivo que ha sido muy comentado y aplaudido por los que estuvieron presentes en este encuentro. Un gesto digno de ser loado al tratarse de un jugador que ya viene de vuelta en el fútbol tras haber jugado al lado de Messi e Iniesta y otros grandes del fútbol nacional y que una inoportuna lesión frustró sus grandes ilusiones. Pero dice el refrán castellano que quien tuvo, retuvo y Javito está rindiendo a la perfección en el Coria esta temporada habiéndose convertido en su santo y seña y a pesar de los años que no perdonan, Javito se encuentra fresco como una lechuga y en perfecto rendimiento, habiendo dado al conjunto de las Vegas del Alagón un aire distinto con esos movimientos, rapidez y verticalidad que le ha dado al equipo, que se ha convertido por su juego en el mejor conjunto y más temido de la Tercera División Extremeña.
El partido entre el Coria y el Trujillo encaraba su recta final y he aquí que en un lance del encuentro chocaron dos jugadores trujillanos y uno de ellos quedó tendido en el suelo mientras el balón llegaba a Javito en una posición clara para haber marcado el gol. En la escena, Javito se paró observando lo que le sucedía al jugador trujillano y viendo que no se recuperaba, en vez de ir a la portería trujillana y marcar, optó por mandar el balón a la banda. Un gesto y una lección magistral y humanitaria que maravilló por su deportividad a todos los espectadores presentes en el campo de La Isla, que puestos en pie aplaudieron el gesto del jugador y donde en todos los círculos deportivos de la ciudad Episcopal ha sido comentado por su grandeza y porque ha convertido a Javito en un jugador modélico a seguir, demostrando a la vez que el fútbol es un juego dentro del deporte que engrandece a los que lo practican y donde los espectadores deben saber respetar las decisiones arbitrales, aunque sean erróneas, porque lo más grande del deporte no está en saber ganar sino en saber perder, que es más difícil.
Por este motivo, Javito se ha convertido en el hombre del día, esperando que su ejemplo y la lección que nos ha dado, sirva de modelo a las futuras generaciones.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.