Más de ciento cincuenta caballos escoltaron a los mansos hasta los corrales del encierro

Bueyes cruzando el Alagón. Karpint
San Juan

Llegó la hora de la verdad y Coria, un año más volvió a convertirse en la ciudad del toro en sus Fiestas de San Juan llenas de colorido y tipismo, donde durante una semana el toro recorrerá las calles del recinto amurallado, con el jolgorio de las peñas que son las señas de identidad de estas genuinas fiestas.

En el día de ayer el bullicio y el cañeo en la plaza del Rollo y alrededores fue la nota predominante en un día veraniego donde los calcinados rayos de Febo se hicieron notar.

Sobre las doce del medio día y en un ambiente eminentemente sanjuanero, los mansos capitaneados y escoltados por más de ciento cincuenta jinetes entraban en la ciudad amurallada a la antigua usanza y eran llevados a los corrales del encierro.

Serían las primeras horas de la mañana cuando los caballistas tomaban el desayuno y poco antes de las 11 partían hacia la ciudad desde la dehesa Mínguez por el recorrido habitual. Según palabras de la abanderada de las Fiestas, Laura Sánchez González,

el recorrido no ha tenido ninguna novedad, siendo bien dirigidos por la Asociación Cultural Ecuestre La Morenita, quien con su buen hacer han hecho que los mansos llegaran hasta los corrales del encierro con plena normalidad, destacando el paso de los bueyes y caballos por las aguas del río Alagón y con parada posterior en el Puente Medieval para reorganizarse y entrar en el recinto amurallado siguiendo el itinerario de la Barrera del Prior y entrando por la puerta del Carmen, por la calle Seminario, Catedral, Cuatro Calles, La Cava, plaza del Rollo y Encierro hasta los corrales. Hay una letra muy sanjuanera que en estos días se canta mucho con la música del cielitolindo y que dice así "Y dicen que viene el toro, cielitolindo, ya está llegando, por la Barrera del Prior, cielitolindo, se oyen campanos".

Una vez finalizado el encierro y con el recinto  abarrotado de aficionados al igual que la plaza del Rollo, tuvo lugar el encierro y lidia de la vaca de la peña La Rana. Es el primer festejo taurino de las Fiestas de San Juan y Coria se llena de gente para participar en la Fiesta del Toro en su día más largo, lleno de ritos y tradiciones y que emulando al romancero se puede decir que "en la noche de San Juan, al tiempo que alboreaba, gran fiesta hacen los corianos en la ciudad amurallada". La vaca de la peña La Rana dio una gran función jugueteando los mozos con ella por el recinto del encierro sin entrar en el casco antiguo de la ciudad. El animal cumplió con creces su cometido a pesar del calor imperante y los mozos, en este primer aperitivo de las fiestas, mostraron sus cualidades con carreras y recortes al animal, que perteneció a la ganadería de Jara del Retamar de Fernando Estévez 'El Silva'. Fue una vaca en berrendo negra muy bien presentada y que como hemos apuntado cumplió a la perfección con su cometido, acudiendo a la llamada de los mozos y recorriendo todo el recinto del encierro. Sobre las 14 horas los mozos la volvieron a meter en los corrales del encierro para posteriormente ser apuntillada.

Después la fiesta con las cañas y el buen vino hicieron acto de presencia y la plaza del Rollo y sus aledaños fue todo un hormiguero de gente como suele ser en este primer día de las Fiestas de San Juan.

A las 8 de la tarde, y como viene siendo costumbre arraigada en las Fiestas de San Juan, tuvo lugar el encierro de los capeones (bueyes) hasta los corrales de la plaza con vuelta hasta los corrales del encierro con presencia masiva de espectadores y corredores, no sólo de Coria, sino de todos los lugares de la geografía nacional. Y es que las Fiestas de San Juan, por su originalidad y tipismo, traspasan nuestras fronteras haciéndolas cada año más conocidas y queridas a pesar de los detractores de las fiestas, que una año más acudieron a Coria para hacerse notar y que, una vez más estuvieron más solos que la una, haciendo los corianos caso omiso a su presencia.

Después del encierro tuvo lugar en la parroquia de Santiago Apóstol la Misa Extremeña y Solemne Procesión con San Juan Bautista, por el recorrido de costumbre con presencia masiva de abanderados y aficionados y con cantos alusivos a estas genuinas fiestas llenas de raíces ancestrales. En la plaza de los toros, una vez finalizado el acto religioso, se prendió fuego al capazo y alrededor de la hoguera los mozos se divirtieron con bailes, cantos y danzas.

La noche más larga del año en el solsticio de verano, concluyó con el encierro y lidia al estilo tradicional con el primer astado de las fiestas por nombre Desgreñado, perteneciente a la ganadería Hato Blanco, señalado con el número 23 y guarismo 8. El encierro dio comienzo a las 3,30 de la madrugada y la lidia del toro y recorrido de las calles por el recinto amurallado duró como se suele decir "la del alba sería".