

El pasado domingo tuvo lugar un hecho histórico para la ciudad de Coria. Con la presencia del rector del Santuario de Argeme, Roberto Rodríguez, presidentes que ostentaron este cargo en la Cofradía, párrocos de la ciudad y Junta Directiva de la Cofradía de Argeme tuvo lugar la inauguración del Monumento al Sagrado Corazón, el Altar de Campaña y la restaurada imagen del Cristo de la Esperanza.
En lo que afecta al Sagrado Corazón fue iniciativa del entonces obispo de la Diócesis, Francisco Cerro Chaves que con su empeño y el de la actual Junta Directiva fue firme desde un primer momento. Para ello ha sido muy importante el apoyo sustancial de algún anónimo, parroquias de la diócesis y la suscripción popular. Se trata de un basamento formado por dos cubos de granito de 18 toneladas que descansan sobre una sólida zapata de hormigón, en cuyos lados se presentan los escudos de D. Francisco Cerro Chaves, el escudo de la ciudad y el de la cofradía.
Por otro lado, se inauguró también el Altar de Campaña que se consagra a las víctimas de este coronavirus y a todos los que han estado en primera línea al frente de esta batalla. La Junta Directiva creyó que, alejados de cualquier vinculación que no fuera la estrictamente diocesana, se debía ofrecer este altar para la memoria de esos profesionales y de tantos héroes anónimos. Una cruz abierta y una cascada de agua para simbolizar la esperanza y la vida. Sagrario de plata
El sagrario de plata obra del insigne orfebre sevillano Marmolejo. Culmina en el retablo barroco un precioso tabernáculo. Puerta con la imagen de la Morenita, el Espíritu Santo flanqueado de ángeles en la parte superior, en las cartelas los escudos franciscanos y de la Cofradía. El alma del sagrario en madera de cedro, y todo envuelto en esa rocalla dieciochesca. El remate inferior con el texto: Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis.
Y finalmente el Cristo de la Esperanza, de finales del siglo XVII y principios del XVIII, restaurado por el artista cauriense José María Jabato Amado y que se estará ubicado en un tramo de la nave bajo un dosel de terciopelo rojo.
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