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El profesor Alfonso Gil Soto
Alfonso Gil Soto impartió la lección inaugural del nuevo curso en el IES Alagón

Alfonso Gil Soto impartió la lección inaugural del nuevo curso en el IES Alagón

Esta actividad cultural está enmarcada dentro de la programación del Centro y se viene llevando a cabo desde hace unos 20 años

Eladio Paniagua

Miércoles, 5 de octubre 2016, 19:36

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En el IES Alagón de Coria, tuvo lugar la lección inaugural del curso 2016/17 que corrió a cargo del licenciado en Historia Moderna, Alfonso Gil Soto, quien en la actualidad es profesor provisionalmente en el IES Norba Caesarina de Cáceres, aunque su plaza de profesor de Geografía e Historia la tiene en el IES Alagón de Coria.

Según el director del IES, José Luis Carpintero Montero, esta actividad cultural está enmarcada dentro de la programación del Centro y se viene llevando a cabo desde hace unos 20 años y que siempre la plantean con un compañero del Centro o que esté relacionado con él. De esta forma, dice Carpintero Montero, al final de curso me pongo en contacto con un compañero, en este caso fue con Alfonso, quien amablemente accedió a mi propuesta.

En su documentada exposición, Gil Soto realizó un reflexión sobre la historia como ciencia y más concretamente se centró en el eterno debate entre el determinismo histórico (según el cual las estructuras sociales y económicas marcan de manera inexorable el futuro del ser humano), frente a otras corrientes que hacen hincapié en la importancia de lo contingente y del factor humano en el devenir histórico.

El hilo conductor de esta conferencia fue un relato contrafactual, una ucronía, basada en la historia del general Prim, el protagonista del primer intento democratizador de la Historia de España durante el Sexenio Revolucionario en la segunda mitad del siglo XIX. A lo largo del mismo, especuló sobre la España que hubiera podido ser en caso de que dicho personaje no hubiera muerto. En un primer momento el ponente se permitió el lujo de entremezclar realidad con ficción, para posteriormente aclarar que su único objetivo era demostrar que en esa ocasión, como en otras muchas, la historio dependió por una parte de la fortuna, siempre caprichosa, y por otra de las decisiones igualmente arbitrarias del ser humano.

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