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Segio Alonso marcó el segundo gol de Coria
La fe mueve montañas
fútbol

La fe mueve montañas

Tras la victoria frente al Trujillo, que unido a la derrota del Moralo frente al colista Santa Amalia, hace que el conjunto de las Vegas del Alagón pueda jugar el ascenso a superior categoría

Eladio Paniagua

Domingo, 13 de mayo 2018, 22:27

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Se dio el milagro en la fiestas de la Morenita de Argeme, que obsequió un 13 de mayo, con una victoria en la ciudad de Pizarro frente al Trujillo, que unido a la derrota del Moralo frente al colista Santa Amalia, hace que el conjunto de las Vegas del Alagón finalice en el cuarto puesto en el campeonato, lo que le da lugar a jugar el ascenso a superior categoría, en sorteo que tendrá lugar en Las Rozas.

El Coria, que había perdido ese caudal de puntos que tenía sobre sus perseguidores, se conjuró en los últimos encuentros no dando nada por perdido, sabiendo que a falta de tres partidos la renta del Moralo sobre el Coria era de 6 puntos, lo que parecía imposible, pero como la fe mueve montañas el conjunto celeste, que en la tarde de ayer vistió de rojo en Trujillo, creyó en sus posibilidades y el milagro se dio en una tarde donde el Coria, arropado por un buen número de seguidores, se imponía por 0 2 a su oponente, en un encuentro de neto color cauriense, que realizó un buen partido, pudiendo haber marcado algún gol más por el número de ocasiones con que disfrutó. El 0 1 llegó en el minuto 29 en gran jugada de Teto que pasó sobre Chavalés, que consiguió el primer gol para su equipo. Y el 0 2 fue un golazo de Sergio Alonso, tras varios intentos, y donde logró meter el balón por toda la escuadra. A raíz de este gol los espectadores sólo estaban pendientes del marcador de Santa Amalia, que no se movía, y de repente y cuando se cumplía el minuto 90 la explosión surgió entre los espectadores, pues el Santa Amalia había marcado y el Coria, por fin, y a base de trabajo, lograba los objetivos marcados de jugar la promoción.

No recuerdo unos momentos como el que vivimos los aficionados del Coria en Trujillo, que se lanzaron al terreno de juego abrazando a los jugadores y tirando por alto al presidente Leli, que no podía contener las lágrimas por la emoción que le embargaba. Parabienes, abrazos, emociones y lágrimas, son el recuerdo de una temporada que parecía haberse esfumado, pero que al final tuvo su recompensa.

La fiesta se prolongó en el campo de La Isla donde los aficionados recibieron a sus jugadores, con aplausos y felicitaciones, tanto al cuerpo técnico como a la Junta Directiva. Ahora sólo deseamos recordando el argot taurino que Dios reparta suerte y que en el sorteo le toque al Coria un equipo asequible para continuar con la fiesta.

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